23 de noviembre de 2016

Problemas técnicos


Dos semanas llevo con el ordenador principal en el taller. Nunca se me ocurriría llevarlo cuando estoy a final de temporada, porque todavía me quedan muchos trabajos por acabar, algo de retraso con algunos, y en invierno estoy más aburrido como para permitirme estar sin equipo. Pero claro, cuando llega el invierno y con él el parón de trabajo, tampoco está la economía como para actualizaciones y talleres. Ahora mismo hace justo 14 días que dejé el ordenador. Menos mal que tengo el portátil con el que seguir trabajando, y un sistema con discos duros externos y demás historias que me permite hacerlo. Pero no es lo mismo, porque este equipo, el B, lo uso para trabajos más simples o externos, no para el grueso de ediciones, y me faltan ciertas herramientas y distribuciones a las que estoy acostumbrado. Y bueno, que si tengo que grabar un DVD no tengo más remedio que esperar a tener el equipo de vuelta. Y tengo varios DVD que grabar… Lo he llevado porque tenía que actualizar algunas cosas y de paso quería aumentarle la potencia gráfica con una tarjeta nueva más potente. Pero el sistema ha dado ciertos problemas y no terminaba de funcionar, así que por ahora sigo sin equipo, desesperado porque a los clientes les estoy continuamente retrasando los plazos según recibo novedades del técnico y cómo se va retrasando todo semana tras semana. Un trabajo que era, en principio, para dos días y que se retrasó por la empresa de paquetería que traía la tarjeta unos días más, al final se va a ir a dos o tres semanas. Y eso si termina de encontrar el problema y podemos dejarlo hecho, porque visto lo visto es más que posible que la cosa no termine de arreglarse y tengamos que volver al sistema antiguo y yo tener que volver a editar con el portátil porque las nuevas bibliotecas de algún software nuevo ya no me valen con el equipo viejo. Por suerte he tenido mucha comprensión de mis clientes estos días. Tengo un montón de trabajos casi terminados o a punto de tenerlos, a falta solo del remate final con el equipo grande, y por ahora nadie se ha enfadado por el retraso. Pero hay un retraso, y por mucho que yo tenga avanzado el trabajo, voy acumulando unas semanas de retraso para otros trabajos. Paciencia y más paciencia, no me queda otra. Espero que no me tenga que enfadar con el técnico, porque cuando las cosas se complican parece que la comunicación también sufre interrupciones, y cuando alguien te responde el primer día al momento, pero a las dos semanas no lo hace… el enfado va medrando. No voy a hablar del equipo que es, ni de la empresa ni del taller, porque no sé si le voy a hacer buena o mala publicidad. Hasta ahora fue muy buena y espero que siga así si conseguimos acabar con esto pronto.
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